El Protocolo de Seguridad y Sonido (SSP) es una intervención auditiva de cinco días consecutivos, diseñada para reducir el estrés y la sensibilidad auditiva, lo que favorece la conexión social y la resiliencia, aplicable en niños a partir de 18 meses y adultos.
Desarrollado por el Dr. Stephen Porges, y basándose en su Teoría Polivagal, el SSP nos permite acceder a un estado fisiológico que favorece cambios en diversas áreas:
- aumenta el estado bienestar y seguridad (autoregulación), disminuyendo la ansiedad
- aumenta la participación social, al mejorar dificultades sociales y emocionales
- disminuye sensibilidades auditivas
- aumenta la capacidad de aprendizaje, al mejorar la atención
- aumenta la resiliencia (capacidad para superar situaciones estresantes)
- aumenta y acelera resultados en la terapia, al estar más preparados para lidiar con el trauma
Los estados psicológicos de miedo, enfermedad y el envejecimiento, cambian adaptativamente en los humanos los músculos del oído medio para activar estados de hipervigilancia con el fin de poder protegerse, lo que a su vez reduce la habilidad para procesar el significado del discurso humano. Siguiendo esta explicación, entendemos que las experiencias traumáticas, también comprometen las funciones de nuestro oído medio generando dificultades para volver a estados de calma/seguridad y conexión social.
El SSP está diseñado para estimular la regulación del sistema nervioso ejercitando y desafiando progresivamente el sistema auditivo con música específicamente procesada. La música entrena las vías auditivas al enfocarse en la frecuencia del habla humana. A medida que el sistema nervioso de la persona aprende a procesar estas frecuencias relacionadas con el habla, mejora el funcionamiento de dos nervios craneales que son importantes para promover el comportamiento social;. el Nervio craneal VII (nervio facial) que nos ayuda a concentrarnos en la voz humana y desconectar de las frecuencias irrelevantes y el nervio craneal X (nervio vago) que permite una regulación autónoma y calmante.
La intervención no es invasiva, se trata de escuchar música que ha sido procesada específicamente para lograr sintonizar el sistema nervioso y generar un estado de calma y seguridad.
El SSP no solo está dirigido a personas con diagnósticos concretos exclusivamente (TEPT, trastorno de personalidad, trastorno de ansiedad, trastorno depresivo…) sino cualquier persona que tenga dificultades en cualquiera de estas tres áreas:
- Compromiso social (contacto visual, expresividad facial, comprensión del habla, interacción, control emocional, expresividad emocional…)
- Estado fisiológico (actitud defensiva, hipervigilancia, ansiedad, insomnio..)
- Sensibilidad auditiva (respuesta negativa a ruidos fuertes o inesperados, distracción o perturbación cuando hay mucho ruido de fondo…)
Después de la intervención las personas se podrán concentrar mejor en la escuela/trabajo al aumentar la atención, mejorarán sus relaciones sociales, sentirán mayor bienestar en su vida y obtendrán mejores resultados en la terapia, avanzando más rápidamente.
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